El principal motivo del envejecimiento de nuestros rostros es la disminución de grasa facial. Esta situación se nota, sobre todo, en la pérdida del volumen y en cómo se distribuye en la cara envejecida.
Nuestra cara envejece, y la causa reside en los huesos faciales y los cambios que éstos sufren a lo largo de los años. Por eso las personas que tienen una buena estructura ósea, buenos pómulos o maxilares, envejecen mejor, ya que la piel tiene cimientos aptos para evitar su descolgamiento.
Por alguna información inoculada que tenemos desde niños, vemos y creemos percibir a las personas por sus rostros.
Con esa consigna aprendida, que tu rostro maneja tu identidad, te mirás al espejo y sacás tus conclusiones.
Hay una serie de hábitos que reiterás todos los días con respecto a tu cara y que te hacen parecer mayor de lo que en realidad sos. Son cosas de las que ni siquiera estás consciente de estar realizando.
Te tocás la cara todo el tiempo. A lo largo del día te llevás muchas veces las manos a la cara. Antes de una reunión, mientras estás acabando un informe, mientras hablas con tus compañeros a la hora del café o cuando algo te pone tenso. Siempre es recomendable leer la etiqueta de tus productos de aseo personal. Es posible que te estén haciendo daño más de lo que te están ayudando.
No te lavás la cara. A diferencia de la mujer, la mayoría de los hombres se lavan la cara solo con agua y los que usan algún tipo de limpiador se limitan al jabón de manos, el champú o lo que encuentren a mano. Son muy pocos los que suelen usar crema hidratante o protector solar. La piel se acaba secando y está más expuesto a las radiaciones solares.
No te duchás después de entrenar. A veces por tiempo, otras por incomodidad, preferís llegar a tu casa para ducharte y hacerlo con tranquilidad. También es bueno utilizar un gel antibacteriano para el cuerpo, y centrarte sobre todo en áreas donde tu piel estuvo en contacto con el equipamiento deportivo. Si no tenés planes de darte una ducha, es importante por lo menos, quitarte la ropa lo antes posible.
Utilizás los faciales incorrectos. Siempre debés leer la etiqueta de tus productos de aseo personal. Es importante saber distinguir para usar correctamente los productos faciales etiquetados como «no comedogénicos», que están diseñados para personas con piel grasa o propensa al acné.
Utilizás agua a temperaturas incorrectas. Se recomienda usar siempre tibia, que es la única que no hace daño. Si está fría o demasiado caliente puede irritar la piel. Deslizar las manos por tu rostro es un comportamiento inconsciente y común, que causa estragos en tu piel, haciéndote parecer con mayor edad.
De todos modos, este ejercicio moderador de tu piel y rostro, es más útil para que puedas ir tomando conciencia que vos no sos, solo tu rostro y que hay algo mucho más Importante que a veces, ni siquiera imaginás que podés tenerlo en cuenta y que además, forma parte de tu Ser.